EL ACTIVISMO POLITICO, MOTIVACION PARA LA CONSTRUCCION DEL CONOCIMIENTO
Norma Mogrovejo
En 1993 presenté al doctorado en Estudios Latinoamericanos de Filosofía y Letras el proyecto de mi tesis. Nunca antes se había propuesto un proyecto de tesis con temática lésbica o gay, el comité dictaminador se incomodó por el tema pero no se atrevió a descalificarlo de inicio. Un académico planteó que no habiendo antecedentes sobre el tema, era difícil que alguien pudiera dirigir tal temática por lo que técnicamente era difícil su aceptación. Sin embargo, mi paisano Ricardo Melgar, parte del comité, preguntó ¿la academia debe tener temas vetados? La pregunta fue contundente y traía a la discusión el papel de la universidad en la generación del conocimiento y los peligros del veto por límites ideológicos, morales, religiosos o de cualquier índole. La razón se sobrepuso al prejuicio y mi proyecto de tesis se aceptó y marcó precedente en la discusión académica sobre temas relacionados a las disidencias sexuales. Durante muchos años, el tema se tocó con cierto temor. Actualmente la academia todavía sigue teniendo resistencia a aceptar temas que cuestionan la heterosexualidad como ámbitos hegemónicos de las relaciones humanas. Los programas de estudios de la mujer o de género, aún no han logrado integrar en su programa de estudios ejes analíticos sobre la teoría lésbica, que cuestiona profundamente la construcción de la heterosexualidad. En el mejor de los casos, la crítica se centra en cuestionamiento a la construcción del género y en menor medida de la sexualidad y del deseo.
En dicho contexto, ante la timidez de la academia de tratar temas relacionados a la política de la sexualidad, la presencia de grupos universitarios de activistas como el Colectivo UDIVERSIDAD es sumamente importante y necesario, porque evidencian no solamente que la problemática de la exclusión de grupos sociales como los disidentes sexuales es una realidad, incluso en espacios académicos por lo que es ineludible agruparse para defenderse ante políticas (desde la acción u omisión) homo, lesbo o transfóbicas; para promover en la comunidad universitaria y la sociedad en general, una actitud de respeto a lxs diferentes, como base fundamental de las sociedades democráticas; para generar conciencia y orgullo de las identidades disidentes a la heterosexualidad obligatoria. Pero sobre todo, la presencia de grupos universitarios de activistas como el Colectivo UDIVERSIDAD y GLU, es trascendental porque llevan a los espacios académicos la discusión teórica de temas en torno a la sexualidad, las disidencias, las identidades, las exclusiones, las hegemonías, las deconstrucciones genéricas, sexuales, monogamicas, etc, temas con los que algunos espacios oficialmente académicos, se han visto motivados, inspirados u obligados a tratarlos, gracias justamente a la presencia activa de estos grupos que van a la vanguardia en la discusión, ejercicio, transformación, y práctica de temas que innovan las perspectivas de las Ciencias Sociales. Me ha tocado constatar que los festivales y coloquios que organizan llevan de manera itinerante, facultad por facultad la discusión de temas mencionados, llenando los vacíos que la institución debería cubrir. De manera proactiva, el Colectivo UDIVERSIDAD como parte integrante de la comunidad universitaria, hacen propio su labor de transformación de la sociedad y nos reiteran de nueva cuenta, que el conocimiento, es producto de la experiencia.
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