México, D.F. Ciudad de libertades
15 de agosto, 2011.
Compañeros de Udiversidad:
En un contexto social caracterizado por la intensificación de fenómenos inherentes al predominio del libre mercado tales como la pobreza, la precarización del empleo, el deterioro ambiental, el retroceso en los derechos sociales y la desigualdad que todo esto produce; en una situación de guerra, violencia, falta de acceso a la educación y al trabajo, este modelo económico busca nuevas mercancías: los anteriores derechos sociales, más recursos naturales, los espacios públicos y medios virtuales y lamentablemente, las personas mismas.
Pese a lo anterior, aunque circunscritos a regímenes políticos de centro izquierda y de cobertura limitada todavía, se han dado avances importantes y asistimos a la irrupción de las minorías, de la diversidad, a la reivindicación de la diferencia. Pero aún hay muchos pendientes.
El poder refina sus procedimientos y lo mercantiliza todo casi sin darnos cuenta, haciéndonos sentir aparentemente libres cuando más sujetos estamos a su prisión. En las últimas décadas, ha convirtiendo la asistencia social, la solidaridad, la caridad, la nostalgia, el mejoramiento del ambiente y la tolerancia a la diferencia en meras mercancías; florecen así empresas e industrias socialmente comprometidas, ecológicamente responsables y gayfriendly; hoy en día no es políticamente correcto ser racista u homofóbico pero a la apertura hay que extraerle ganancias.
No nos confundamos, este vuelco sobre lo diverso disfraza la desigualdad. Esta aparente paradoja entre la irrupción y fortalecimiento de movimientos contra la violencia, por la paz, contra el racismo, por la diversidad y la coexistencia de un modelo económico, político y cultural que produce por sí mismo las causas que motivan la existencia de los primeros; no es otra cosa que el proyecto homogeneizador del liberalismo económico; somos iguales en la medida en que somos consumidores no en la medida en que tenemos los mismos derechos. Y podemos apelar a las instituciones si se nos niega la entrada a un establecimiento, la prestación de un servicio (pagado por supuesto) o la venta de algún producto en función de nuestra orientación sexual, vaya libertad. Así, asistimos frente a una ambigüedad política donde los ideales parecen haberse extraviado en ese disfraz que el mercado nos impone y lo que debiera ser respeto es una simulada tolerancia que se muestra frívola: víctimas se abrazan y besan con victimarios, izquierdas se alían con derechas, qué confusión.
En la bifurcación de la brecha, la gravedad de las desigualdades y el espejismo que intercambia ciudadanos por clientes, nos impone más que nunca, la definición de posiciones y considero apreciados amigos y compañeros, que Udiversidad, en sus cinco años de actividades ha contribuido junto con otros muchos a sostener un enfoque crítico y necesario del movimiento de liberación sexual asumiéndolo en su real naturaleza: política. Mis compañeros y yo, nos congratulamos y nos sentimos afortunados de compartir esa lucha con ustedes, les manifestamos nuestro reconocimiento a su destacada labor y a la de cada uno de sus miembros, deseando fraternalmente que éste sea apenas uno más de sus aniversarios, ¡que vengan más y nuevos proyectos! ¡que sigan siendo necesarios en la coyuntura de emergencia en que vive nuestro país! ¡que sigan luchando por la libertad sexual! ¡viva Udiversidad!.
José Arturo Granados Cosme
Movimiento por la Diversidad Sexual
Universidad Autónoma Metropolitana
“Casa abierta a la diversidad”
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