Dedicado a la memoria de nuestr@s herman@s que resistieron en el amor.
Cada día me convenzo más de que una vez al ano no hace daño (y menos en estos tiempos de crisis). Por eso celebro ésta nuestra primera vez que nos reunimos en la UNAM para dialogar(nos) y espero que vengan otros años, otros anos y otras manos y otros monos jovencitos y otras chavas para trabajar en la construcción diaria de nuestra resistencia. Este año el colectivo Udiversidad cumple su tercer aniversario de existencia en la mejor universidad de Iberoamérica y para festejar tres años de que los pumas se ponen las plumas, los udiversos -mis compañeros y un servidor (en todos los sentidos)- decidimos tirar la máxima casa (de estudios) por la ventana. Armamos el mitote y la fiesta, que para eso nos pintamos solitos y de todos los colores del arcoíris, y por eso hoy estoy feliz de poder compartir nuestra memoria con ustedes. Al final de nuestras vidas, sabremos que los recuerdos son nuestras vidas compartidas, convividas, contenidas y sostenidas en nuestra lucha. ¡Nuestro amor es nuestra resistencia!
En tres años Udiversidad ha conseguido posicionarse como el colectivo universitario de diversidad y disidencia sexual con mayor presencia, impacto y alcance dentro de Ciudad Universitaria. Con esta afirmación, de ninguna manera menosprecio el trabajo generoso, importante y necesario de otros compañeros y compañeras con los que me siento hermanado. Es fundamental que existan espacios, grupos y colectivos numerosos, plurales y distintos para discutir, ser y reconocer(nos) en nuestra diversidad.
Estas breves líneas quieren apuntar hacia la escritura de la historia de nuestra corta pero fructífera vida universitaria. Michel Foucault, el gran filósofo homosexual, escribió una rara historia que no es la historia tradicional cronológica de los hechos importantes, su Historia de la sexualidad es una historia torcida y retorcida, una reflexión sobre cómo los transgresores resisten para ser. Nuestra memoria es también una historia desviada de la historia oficial heteronormativa, machista y misógina, así somos: nos perdemos en el camino de la derecha para encontrar nuestras huellas en un lugar donde no recordamos haber caminado, acaso esas huellas desnudas son los rastros de aquellos hombres y mujeres anónimos que lucharon mucho antes, ayer, hoy y siempre, cuando se atrevieron a nombrar su amor y mostrar sus rostros. Y quizá, si seguimos caminando y perdiéndonos llegaremos al fin a un espacio en donde podamos construir la utopía, el espacio para ser y amar sin condiciones de ningún tipo. Nuestra universidad bien puede ser el taller para construir la utopía, que es el México en el que queremos vivir.
Me acuerdo que en uno de mis libros favoritos titulado, precisamente, Me acuerdo, Joe Brainard escribe: “Me acuerdo de cuando, en el instituto, si vestías de verde y amarillo los jueves significaba que eras gay”. Todavía me acuerdo de aquel jueves que fue mi primera vez en el colectivo Udiversidad, lo que no me acuerdo es si vestía de verde y amarillo, sé que llevaba unas pulseritas arcoíris que con los meses se multiplicaron hasta ser una masa imposible de colores, hoy sólo llevo una. Todos cambiamos. Por ejemplo, antes, Udiversidad se llamaba Diversidad Ingeniería, pero a partir del mes de agosto de 2008 se decidió bautizarlo con su nombre actual, ante el hecho de que hay miembros de más de nueve escuelas y facultades de la UNAM. Anteriormente los udiversos nos reuníamos cada jueves, ahora los viernes en el cubo del anexo de Ingeniería. Un cubo que también se ha transformado a partir de la decoración que le hemos dado. Un toque de vanidad nunca viene mal.
Me acuerdo -y éste es el recuerdo más fresco que tengo de aquel jueves- de la mirada penetrante e intensa de Rubén Durán. Rubén, mi amigo, al que todos queremos y que todos, sin decirlo, sabemos que es el líder nato de nuestro grupo. La reina de Udiversidad, dirían algunos. Reina sí, pero sin despotismos. Porque Udiversidad ha conseguido librarse de muchas envidias y ansias de poder tan comunes y espero que siga así: con una estructura horizontal y democrática. Las decisiones las tomamos en grupo y conforme a la mayoría, a nadie nunca se le ha obligado a hacer nada en contra de su voluntad. Nadie, nada, nunca para conseguir que todos siempre seamos libres y responsables.
Me acuerdo de cómo me costó un huevo y la mitad de otro poder adaptarme al colectivo. No fue fácil que un chavo provinciano como yo, recién salido del clóset, pudiera convivir con chavos chilangos que hacía ya varios años habían reconocido y asumido su homosexualidad. Ser de provincia, de lugares tan cerrados y represivos, en donde hay muchos machos mochos, a veces puede marcarte pero no en definitiva. Udiversidad es el espacio que me ha permito crecer como joven homosexual con sus alegrías, sus placeres y sus tristezas.
Me acuerdo del empeño y la creatividad puestos en la realización de la Megaofrenda 2008 dedicada al poeta Octavio Paz en las Islas de la UNAM. Con el motivo de la celebración de nuestro Premio Nobel mexicano decidimos rendir un homenaje a escritores homosexuales como Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, Jorge Cuesta, Elías Nandino, Abigael Bohórquez y Emilio Carballido, y a las poetas lesbianas Sor Juana Inés de la Cruz, Nancy Cárdenas y la chilena Gabriela Mistral, Premio Nobel. Por cierto, hace unas semanas se acaba de publicar la correspondencia que la Mistral sostuvo con su pareja la estadounidense Doris Dana. En la elaboración de la ofrenda nos ayudaron nuestras compañeras Nadia y Sinayini del Grupo Lésbico Universitario (GLU). Este año la Megaofrenda será dedicada a Edgar Allan Poe y todos están invitados a visitar el espacio que Udiversidad ya está pensando, imaginando y construyendo.
Me acuerdo de las tardes aburridas en mi cuarto, en las que para evadir el tedio escuchaba nuestro programa de radio por internet Udiversidad, conducido por las voces comprometidas de Juan Carlos, Felipe y Armando, que hablaban de cine, música, poesía y temas de diversidad sexual que nos interesan particularmente. Siempre bajo la máxima que compartimos: ¡Udiversidad, porque la Universidad también es diversa! Me acuerdo -¡cómo olvidarlo!- del día que se me subió la chela en una de las múltiples y cotidianas reuniones etílicas del colectivo. Me acuerdo de esto con la exactitud que uno tiene después de una cruda.
Me acuerdo de aquella tarde lluviosa de futbol en las Islas. De la agilidad de Luis, de la rudeza en el ataque de Paquito, de las porras de Edgar, de las bromas de Ariel, de los goles de Miguel. Y es que a nosotros nos encanta jugar con las bolas. Me acuerdo que resbalé por tanto lodo que había y me di tremendo sentón de beso negro. Me acuerdo que ese atardecer, después de la lluvia, salió el arcoíris.
Me acuerdo de aquel 13 de junio memorable en el que hicimos una protesta pacífica, digna y segura afuera del lujoso Hotel Embassy Suites de la cadena Hilton, por la discriminación de la que habían sido objeto nuestros amigos Rubén Durán y Gibrán Gómez, por el único pretexto de estar abrazados en una banca afuera del restaurante argentino Evita, parte del hotel, el pasado 7 de junio de 2009. Recuerdo el apoyo que recibimos de nuestros compañeros del Frente Universitario en Contra de la Discriminación (FUCD), entre ellos Ilán Goldfeder que argumentó que en el artículo 206 del Código Penal del Distrito Federal la discriminación por orientación sexual se castiga hasta con tres años de cárcel. Recuerdo las consignas que gritamos: ¡Evita la Evita porque discrimina! ¡Argentino tiene tino para discriminar! Recuerdo el beso que nos dimos enfrente del hotel mientras los medios de comunicación nos tomaban fotos. Recuerdo el beso político que me di con Guillermo de León, mi querido Memito. Recuerdo que obligamos al Hotel Embassy Suites a tomar una postura por escrito ante la opinión pública, en un comunicado la gerencia señaló que: “reiteramos nuestro respeto a la comunidad gay en general”. Recuerdo que supe entonces que la diversidad sexual también es una actitud política. ¡Hay que politizar la diversidad sexual!
Me acuerdo de la XXXI Marcha del Orgullo LGBTTTI de la ciudad de México este año, en la que marchamos con otros compañeros que hoy están en esta mesa como parte del Contingente Universitario de Diversidad Sexual (CUDS). Recuerdo que además de las clásicas consignas: ¡No hay libertad política si no hay libertad sexual! y ¡Detrás de los balcones se esconden maricones, detrás de las persianas se esconden las lesbianas! Nosotros añadimos nuevas consignas:
¡Todos los colores, olores y sabores!
Aquí los maricones
Que luchan sus amores.
¡Todos los colores, olores y sabores!
Aquí los maricones
Que usan los condones.
¡Todos los colores, olores y sabores!
Aquí los maricones
Que son muy cogelones.
¡Todos los colores, olores y sabores!
Aquí los maricones
Que tienen corazones.
¡A la víbora, víbora de la mar!
Por aquí pueden pasar.
Los de adelante se corren mucho
¡Y a los de atrás ya nos darán, ran, ran!
¡Me llamo Lalo!
¡Y a mí me gusta el falo!
¡Me llamo Lalo!
¡Y siempre me la jalo!
¡Amiga perra,
Únete a la guerra!
¡Amiga zorra,
Únete a la porra!
¡Amiga huila,
Únete a la fila!
¡Voy voy a la Universidad!
¡Soy soy de Udiversidad!
Me acuerdo que en la marcha exigimos la derogación inmediata del inciso VI del artículo 95 del Estatuto General de la Universidad Nacional Autónoma de México, aprobado por el Consejo Universitario en su sesión del 15 de abril de 1986, que señala que es causa especialmente grave de responsabilidad, aplicable a todos los miembros de la universidad: “VI. La comisión en su actuación universitaria, de actos contrarios a la moral y al respeto que entre sí se deben los miembros de la comunidad universitaria”.También nos manifestamos en contra del recorte del presupuesto federal a las universidades públicas.
Me acuerdo de las cervezas y el baile que nos dimos en una cantina de Garibaldi, después de la marcha, mientras Tláloc celebraba con aguaceros tanta diversidad. Me acuerdo de los estrambóticos lentes de Luis, de la sonrisa de Omar, del silencio de Carlos Jair, del humor de Israel, de la alegría de Lalo, de la mirada de Néstor, de las ideas de Carlos, de la energía de Saúl, de la voluntad de Samuel, de la sinceridad de Óscar, de las carcajadas de Alberto y del coraje de Adán. Me acuerdo de muchas cosas, que mi memoria modifica torcidamente, por cuestión de espacio es imposible mencionarlas todas. Sólo cabe mencionar que siendo la Facultad de Ingeniería la más homofóbica de la UNAM, recuerdo con especial cariño unos besos nocturnos que se dieron sin miedo afuera del cubo del Anexo de Ingeniería. Nocturno de los ángeles.
El trabajo puro y duro -como nos gusta- seguirá. Porque tenemos toda la fuerza de la imaginación y la inteligencia, y, sobre todo, porque tenemos un compromiso con nosotros mismos. Aquí estamos y no nos vamos, queremos ayudar a construir una sociedad más justa, incluyente, respetuosa y democrática en este país. ¡Nuestro amor es nuestra resistencia!
Ponencia del compañero Ernesto Reséndiz Oikión, en la Primera Jornada Cultural de la Diversidad Sexual en la UNAM. FCPYS, Ciudad Universitaria, UNAM 2009.
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